jueves, 7 de enero de 2016

Calistenia.

No hay carreteras ni aceras, no porque los habitantes no sepan construirlas o no tengan medios para ello. Sino porque piensan que cualquier persona de las grandes ciudades que corren de un lugar a otro todo el día, para ir a trabajar, para hacer la compra o simplemente por placer, desearían tener cinco minutos al día para poder ir a caminar por la playa. Los habitantes de Calistenia, los Calistenos, piensan que no hay mejor sensación que caminar descalzos por la arena cuando el sol brilla y sientes como quema bajo tus pies. Pero no importa porque siempre llegará una ola que choque contra tus tobillos y haga que todo el calor desaparezca. Las playas de Calistenia son las más hermosas que puedas imaginar. Las hay de agua fría y caliente, con olas o como un piscina y puedes practicar cualquier deporte marino que puedas imaginar. En este pequeño mundo hay diferencias, tiene que haberlas, porque si todos fuesen iguales sería aburrido y monótono. Por lo tanto a algunos Calistenos no les gusta la playa. Dicen que les molesta que la arena les queme los pies. Y mucho mas, que cuando se los mojan, la arena parece ser parte de ellos. Tal vez estas sean las razones de algunos pocos y yo desconozca las de los demás. O quizá haya mil razones más... Pero el caso es que aquí, llueve a gusto de todos... Para aquellos Calistenos que la playa no les convence en absoluto hay grandes praderas. Son praderas en las que no sabes donde acaban. La hierba es tan verde y tan suave que si lo vieras desde fuera pensarías que es un cuadro. Cuando llueve las gotas del rocío se quedan en cada hoja, en cada flor y los niños siempre se ponen sus botas de agua y buscan algún charco donde saltar. Por otro lado, está mi parte favorita, cuando hace sol. En estos días, los más jóvenes pero que ya han dejado de ser niños siempre van a las praderas. Algún solitario va a buscar la sombra de un ciprés para sentarse y leer o quizás para recoger un ramo de flores e intentar estar menos solitario en su próxima visita. Y siempre, siempre, encontrarás alguna pareja de enamorados riendo y compartiendo la misma sombra, el mismo cielo y los mismos labios. Supongo que para mi esta zona es mi favorita, es un lugar para compartir y no se me ocurre lugar más precioso para compartir. Hasta aquí se podría decir que os he presentado a los Calistenos tranquilos, pero los hay intrépidos y aventureros y se pasan horas escalando nuestras enormes montañas o esquiando en nuestras pistas de esquí. Y todavía no he conocido a un niño al que no le guste hacer una guerra con pelotas de nieve o quitarle a escondidas una zanahoria a su mamá para ponérsela a un "amiguito" de nieve.
Ahora seguro que quieres conocer Calistenia... ¿Qué cómo hay que hacer para llegar? Fácil, solo tienes que perderte.



Pero en Calistenia nadie se dedica al epicureísmo. Tenemos las mismas responsabilidades que cualquier otra persona. Pero aquí, todos los trabajos se realizan para ayudar a los demás. Hay dependientes, profesores, médicos, peluqueros...
El hospital y el colegio son los lugares que mas cuidamos, son nuestras profesiones predilectas. No despreciamos al resto, pero a estas les damos mayor importancia.
Los profesores son muy queridos en Calistenia porque creemos que ellos son los que van a formar el futuro de nuestra ciudad y con el, nuestra historia. La enseñanza es pública y gratuita, porque con el futuro no se juega, pero que sea de esta manera no implica que sea obligatoria. Los padres enseñan a sus hijos a leer y a escribir y luego ellos acuden al colegio impulsados por sus padres y cuando se hacen mayores muy pocos son los que dejan de estudiar. Cualquiera puede estudiar lo que quiera sin coste alguno.







Por suerte, en Calistenia no solemos tener accidentes y las mayores enfermedades normalmente a las que tenemos que enfrentarnos son una gripe o una alergia. No es que en mi ciudad las enfermedades como el cáncer o la hepatitis no existieran... Pero nuestros médicos y científicos junto con las farmacéuticas trabajaron hasta encontrar cura para las enfermedades más mortales para la humanidad. La sanidad también es gratuita y aunque parezcan innecesarios siempre habrá un niño con un brazo roto al que curar...
Estos y el resto de trabajos conforman la economía de la ciudad. Hay un sector primario, secundario y terciario. Tenemos monedas y billetes y compramos como cualquier persona del mundo.

Historia.
En 1853 salió de Europa un barco con dirección a Florida. En la embarcación iba una familia formada por cinco miembros y una pequeña tripulación. La familia estaba formada por un médico, su esposa que era una estudiosa de la cultura clásica, su hija mayor, estudiante de derecho, una pequeña de tres años y un bebé de apenas unos meses. Eran una familia que vivía en el sur de Inglaterra pero eran de origen americano. A la esposa, le habían ofrecido un puesto de profesora de griego en Florida. Y la familia entera se mudaba. Cuando su barco alcanzó la altura de Puerto Rico se adentraron en una densa niebla. La hija mayor del matrimonio que estaba en la proa del barco hablando con un marinero no veía más allá de lo que alcanzaba a estirar el brazo. El capitán de la embarcación no entendía por que en cuestión de segundos había pasado de ver perfectamente a no saber lo que tenía delante. El barco empezó a aminorar la velocidad para evitar un choque. Segundos después el barco se detuvo por completo. El matrimonio salió a ver que había sucedido, pero no veían nada. La mujer se agarró a la barandilla y empezó a caminar mientras gritaba el nombre de su hija. Pero antes de encontrársela en el suelo, la mujer ya había caído derrumbada. Lo mismo le pasó al marido. Cuando despertaron toda la familia y la tripulación estaban tumbados en una playa. Ninguno había sufrido ningún daño ni faltaba nadie. Pero la confusión que tenían les asustaba más que cualquier otra cosa. Se agotaron pidiendo ayuda y buscando su barco. Pero nunca apareció. Cuando se cansaron de lamentarse por ellos mismos y se dieron cuenta de que pasarían un tiempo en esa isla fueron en busca de comida. La tripulación se quedó construyendo algo donde pasar la noche y la familia se adentró en la ciudad. No había nada ni nadie en muchos kilómetros a la redonda. Caminaron y caminaron y lo único que encontraron fue un cartel a la entrada de la pradera mas hermosa que jamás había visto. El cartel ponía "Calistenia" "Realmente lo es" Dijo la mujer con una sonrisa. Su marido y sus hijas la miraron con cara interrogante y ella respondió: "La palabra calistenia viene del griego "kallos" que significa belleza y "sthenos" fuerza o fortaleza. Es la fuerza de lo bello." Su hija pequeña fue hacía ella y la agarró de la mano "Si que es bello mami" Y desde entonces no quisieron volver a su vida nunca más, hicieron de Calistenia su hogar, y se hicieron personas fuertes y bellas. Y nunca se supo muy bien si se habían perdido o si se habían encontrado.



¿Dónde está?
Coordenadas:  55°O a 85°O y de 35°N a 40°N
Ninguno sabemos exactamente donde se encuentra Calistenia, es parte de su belleza. Pues como ya he dicho tuvimos que perdernos para encontrarla. Pero si os puedo hablar de donde nos perdemos los Calistenos. El Triángulo de las Bermudas es un triángulo equilátero situado en el océano Atlántico. Ocupa una superficie de 1,1 km cuadrados. Aunque Calistenia fue encontrada en el año 1853 el término Triángulo de las Bermudas fue creado en 1953 cuando empezaron a aparecer artículos sobre la peligrosidad de esta zona. Pues bien, en la actualidad está zona es conocida en todo el mundo. La historia cuenta, y supongo que muchos no la creeríais (hasta ahora) que supuestamente, sin ningún motivo específico, allí desparecen barcos sin dejar huella o son dirigidos a esa zona sin que la tripulación pueda intervenir. También han desparecido aviones, muchos autores a lo largo de la literatura han hablado de extraterrestres o agujeros submarinos. Hay muchas explicaciones, unas más fantasiosas y otras más científicas. Cada uno elige la que más le conviene, pero la realidad es está... Y no me importa que no me creáis, yo estoy desaparecida para el mundo y prefiero que no me encuentren.


Nuestras costumbres son como las de todo el mundo, a unos les gusta leer, a otros el deporte,  otros cocinar... Hay personas de todas las religiones y aunque la ciudad no tiene ninguna religión, musulmanes, judíos, cristianos y cualquier persona de otro culto hablan en paz y armonía.


No hay una persona única ni un grupo de personas que gobiernen como tal. Nuestra manera de gobernar en paz y subsistir se basa en una serie de leyes que todos aceptamos y cumplimos supervisadas por los jueces y en ciertos casos por los abogados. En cada empleo de la ciudad hay un superior, por ejemplo, el director del hospital. Es el encargado de todo lo referente a la sanidad. El organiza el hospital, paga el sueldo a sus empleados, regula las leyes sanitarias... Y este es el procedimiento que siguen todos los trabajos en la ciudad. Se podría decir que hemos conseguido el poder del pueblo... ¿democracia? 

Esta es nuestra bandera.


Como todos somos de diferentes lugares hablamos diferentes idiomas, pero desde pequeños nos
enseñamos unos  otros y es nuestra forma de entendernos.
Pues así es C
alistenia, no importa que no nos creais o que no querais perderos en el mar para encontrarnos, para encontraros... Pero siempre que desaparezcalguien en el Triangulo de las Bermudas no os preocupéis, esta punto de encontr
arse.







1 comentario:

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