En
el año 2.500 la Tierra era un lugar caótico. Las guerras estaban a
la orden del día y muchos ciudadanos del mundo sufrían el hambre y
la pobreza debido a la escasez de alimentos y la superpoblación.
Los
hermanos Jeff y Oliver Reed vivían en un pueblito de Inglaterra junto a
sus padres y sus tres hermanas menores. Su familia había hecho
muchos esfuerzos para que los hermanos pudieran estudiar. En aquella
época la gente que iba a la universidad era muy escasa, lo normal
era que los jóvenes se preparasen para ir a la guerra. Jeff y Oliver
estudiaron ingeniería euronáutica dispuestos a cambiar el mundo que
ellos conocían.
Cuando
tenían 30 años vendieron sus pertenencias y utilizaron todo su
dinero ahorrado para dar la vuelta al mundo recogiendo muestras de
todos los seres vivos posibles que aún habitaban el planeta.
Mientras viajaban, diseñaron los planos de la que sería la ciudad
del futuro, Celestia. Celestia estaría situada a 7.500 metros de
altitud y unas aspas harían que esta se mantuviese en el aire. La
base estaría hecha de titanio y aluminio y la superficie estaría
cubierta de hierba para favorecer el crecimiento de la flora.
Cuando
regresaron a Inglaterra, propusieron el proyecto a una importante
empresa aeronáutica que en un principio rechazó su idea por ser
demasiado fantasiosa. Aún así, Oliver y Jeff no tiraron la toalla y
buscaron apoyo en el las masas las cuales presionaron a la empresa
para que aceptara.
Los
hermanos trabajaron durante casi 50 años en su proyecto y murieron
cuando aún estaba a medias. Sin embargo, sus hijos y sobrinos
siguieron sus pasos y trabajaron toda su vida en el proyecto. 60 años
después de la muerte de los hermanos, sus hijos y nietos, dieron por
terminada la ciudad y el 12 de junio la elevaron por los aires por
primera vez, fecha que coincide con la fiesta de Celestia. La familia
Reed fue la primera en pisar la ciudad junto con un grupo de vecinos,
amigos y benefactores que habían ayudado a la construcción de la
ciudad. Estas gentes y sus generaciones siguientes comenzaron su vida
allí haciendo de Celestia lo que es hoy, en el año 2.950, la única
ciudad en el cielo, donde todos los habitantes de la Tierra sueñan
vivir.
En
un principio la ciudad, que mide 8.000 kilómetros cuadrados y
alrededor de 7 millones de habitantes, estaba situada encima de
Londres, donde los Reed la construyeron aunque su sistema ha avanzado
y ahora la ciudad es capaz de pilotarse, haciendo que está cambie de
lugar dependiendo de las necesidades. Por ejemplo, si hay una sequía
la ciudad es movida hacia sitios con riesgos de precipitaciones y
durante las fechas de verano, a sitios cálidos.
En
Celestia no hay delincuencia ni paro porque todos los habitantes
tienen un trabajo y la ciudad no acoge a nadie si no puede
garantizarle un puesto de trabajo acorde a sus necesidades. No es
fácil llegar a ser un celeste. Celestia no tiene capacidad para todo
el mundo, hay mucha lista de espera. Si estás interesado en entrar a
la ciudad, tienes que mandar tu currículum y se ponen en contacto
contigo cuando te hayan encontrado un puesto acorde con tu persona y
una casa para que te mudes tú y tu familia.
En
Celestia las viviendas son propiedad pública. No se compran las
casas aunque hay que mantenerlas, pagar el agua, la electricidad,
etc. Te asignan una casa acorde a tu sueldo aunque puedes solicitar
una mejor si te ascienden de puesto o ganas la lotería, por ejemplo.
Las casas en Celestia son como en la Tierra. En el centro de la
ciudad hay bloques de pisos y rascacielos mientras que en la
periferia son comunes las granjas y los casas unifamiliares.
La
energía que se utiliza mayoritariamente es la solar. Cada casa, o
vecindario, tiene unos paneles para que los habitantes se abastezcan.
Por otro lado, en la periferia se utiliza también la energía eólica
aprovechando las llanuras y el viento que hay a esas alturas. La
altura podría ser un problema para la salud y al principio sí que
lo era. Los primeros habitantes de Celestia tenían dificultades para
respirar y a menudo tenían que salir a la calle con bombonas de
aire. Ahora eso no es un problema porque se ha instalado una especie
de atmósfera artificial que hace que se retenga más cantidad de
oxígeno en la ciudad.
En
Celestia no hay ríos ni mares aunque se aclimatan lagos artificiales
con arena para que los habitantes puedan disfrutar de la playa, una
de las actividades favoritas de los celestes. En cuanto al ocio, a
los celestes les encanta el cine en 3D y las competiciones
deportivas. Una actividad muy peculiar y popular en Celestia es
saltar en paracaídas. La gente se tira al vacío desde el borde de
la plataforma y en la superficie de la tierra les recoge un avión
para volver a subirles.
La
educación en Celestia es obligatoria desde los 3 años hasta acabar
el instituto. Después los jóvenes pueden elegir que estudios
superiores prefieren. Estos son gratis por lo que la gente estudia lo
que quiere y no lo que puede. La sanidad es gratuita y no hay muchos
hospitales porque la mayoría de las enfermedades graves están
erradicadas.
En
cuanto al sistema político de Celestia es muy peculiar. Los
habitantes votan a un representante por barrio que luego se junta con
los demás representantes para gobernar. Las elecciones se realizan
cada dos años y los gobernantes no cobran por ello, cada uno tiene
su profesión independiente.
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