Todos hemos experimentado el amor. Queremos a nuestros padres, hermanos, amigos y hasta a nuestras mascotas, y ellos nos quieren a nosotros. Pero el amor romántico es otra cosa. Es un sentimiento intenso y nuevo que no se parece a ninguna de las otras formas de amor.
Es querer compartir tu vida con esa persona que te hace sonreír incluso en los peores momentos, querer que sea lo último que ves al acostarte y lo primero al levantarte. Es confiar en esa persona como nunca confiarías en nadie, enseñarle tu yo más oculto, tus defectos, manías, obsesiones y virtudes y a la vez aceptar los suyos. Es sonreír al acordarte de su nombre, tener escalofríos cuando te toca y querer y poder hablar con esa persona durante horas sin aburrirte. Ser capaz de hacer cualquier cosa por verle feliz.
El amor romántico está muy presente en el cine, en películas como Titanic.
Jack Dawson, un joven artista de clase baja, sube al RMS Titanic, donde conoce a Rose DeWitt Bukater, una joven aristócrata que no disfruta de la vida.
Rose intenta suicidarse la primera noche de la travesía, cosa que Jack impide. De esta manera Jack entra en la vida de Rose y paulatinamente, termina enamorándose de él.
Jack le ayuda a ser ella misma, a disfrutar las pequeñas cosas y a ser feliz.
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