sábado, 13 de febrero de 2016






Pierre Ambroise Choderlos de Laclos 








Fue un escritor y oficial militar francés  que nació en Amiens el 18 de octubre de 1741. Originario de una familia numerosa de la nueva nobleza, su vocación militar lo llevó a  especializarse en artillería. Al poco tiempo alcanzó el rango de subteniente, y un año después el de segundo teniente. En 1771 fue nombrado capitán, habiendo formado parte de la Brigada de las Colonias. Dedicado plenamente a partir de entonces a la Armada, a la que sirvió durante 17 años, comenzó a interesarse por la literatura, particularmente  por las novelas de Jean-Jacques Rousseau, y a escribir sus propias obras, entre las que destacaría la célebre Las amistades peligrosas, una aventura galante redactada de forma epistolar, que ha alcanzado fama en nuestros días debido a sus múltiples adaptaciones al cine.

En 1786 Choderlos se casó con Marie-Soulange, con quien tuvo tres hijos. Tras abandonar la Armada, comenzó a servir al Duque de Orléans, y más tarde se alistó en el ejército de los republicanos. Finalmente murió en Tarento, Italia, el 5 de septiembre de 1803  al servicio de las tropas napoleónicas.

Las amistades peligrosas 

Las amistades peligrosas (Les Liaisons dangereuses, título a veces traducido con mayor propiedad por Las relaciones peligrosas) es una famosa novela epistolar escrita por Pierre Choderlos de Laclos, publicada en 1782. Se narra en ella el duelo perverso, libertino y seductor de dos miembros de la nobleza francesa a finales del siglo XVIII.


Argumento 

La Marquesa de Merteuil y el Vizconde de Valmont, que en otro tiempo llegaron a ser amantes, se aprovechan del mejor modo que pueden de la sociedad puritana y privilegiada en la que viven. Estos dos personajes depravados no dejan de enviarse cartas a lo largo de toda la historia que se narra en el libro en las que se cuentan sus hazañas, que constituyen la trama de la historia. Sin embargo, a pesar de ser rivales, no están en igualdad. El vizconde de Valmont, por su condición de hombre, puede hacer alarde de su comportamiento libertino y gozar incluso por ello de una cierta reputación. Las cartas que dirige a la marquesa de Merteuil sólo son el relato de sus aventuras.
Pero no sucede lo mismo con ésta. Aunque rival del vizconde en cuanto a aventuras de alcoba, la marquesa de Merteuil, además, está obligada a disimular. Su rango social (es marquesa), matrimonial (es viuda) y su sexo (es mujer en un mundo dominado por los hombres) obliga a que se comporte con doblez y la fuerza al maquiavelismo. Es cierto que el vizconde también usa estas armas, pero es para seducir primero y luego hacer que se pierdan, al haber sido deshonrado, las mujeres que conquista. Sólo sigue su inclinación natural, que lo único que transgrede es la moral de su época.
Para igualarse con él, la marquesa de Merteuil debe además, conseguir zafarse del papel social que se le asigna.



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